¡Una vida digna para todos!
Un mundo justo en armonía razonable con la naturaleza, en lugar de la sociedad de consumo dividida entre ricos y pobres, que agota los recursos, produce montañas de desechos y nos miente para alimentar conflictos, ya no es utopia! De hecho, la humanidad ya dispone desde hace cierto tiempo de todos los elementos y conocimientos necesarios para el desarrollo de una nueva sociedad sin demasiada violencia, guerras, destrucciónes arbitrarias, opresión y sin hambre ni demasiadas enfermedades sin necesidad. Desafortunadamente, los grandes intereses económicos aún evitan los cambios que son esenciales para un mundo mejor. Hay demasiado en juego para los poderosos y la codicia loca por las ganancias financieras y el poder afecta a más y más personas. Esta avidez promueve la corrupción, conduce a la explotación abusiva de muchas personas indefensas y a la destrucción del medio ambiente, motiva a los cómplices necesarios para el saqueo de la sociedad y de la biosfera seduciendo a las personas atraídas por el hedonismo. Hace que muchas personas sean ciegas ante la difícil situación de innumerables personas y la persecución y destrucción en curso de diversas criaturas y hábitats naturales, y les hace olvidar completamente las necesidades de las generaciones siguientes.
Con su ayuda, LIFE UNION desea remediar esta ceguera en el mayor número posible de personas afectadas, para poder abordar los problemas más graves y permitir la implementación de soluciones adecuadas. La participación dedicada al desarrollar soluciones contra estos problemas para mejoras rápidas de la situación actual extremadamente preocupante es más esencial que nunca. Todo ser humano tiene derecho a acceder a agua potable, alimentos adecuados y no contaminados, a la educación y atención médica básica, así como a una protección adecuada contra la violencia humana y las fuerzas de la naturaleza. Los animales también tienen derecho a una vida adaptada a su especie, sin tormentos, persecuciónes o destrucciónes innecesarios. Incluso las plantas deben preservarse de destrucciónes arbitrarias. Entre estos, los árboles y otras plantas silvestres que viven muchos años o que son raros, merecen una protección reforzada. Porque las plantas igualmente no solo son seres vivos con sus propios derechos y requisitos de existencia, sino también portadores de funciones ecológicas esenciales para la supervivencia de una inmensa variedad de especies, incluidos los humanos. Debido a las dependencias de todas las criaturas en sus hábitats naturales, estos también deben protegerse tanto como sea posible. La conservación de los ecosistemas naturales y la protección de animales y plantas en peligro benefician a las personas que viven hoy y a las generaciones futuras. ¡Esta es otra razón válida para el manejo responsable del medio ambiente natural!
¡Ingresos justos y riquezas compartidas!
La distribución cada vez más injusta de las riquezas se está volviendo explosiva para nuestra sociedad y es la causa de muchas de sus aberraciones. Los activos que los tenedores no necesitan se invierten preferiblemente con ganancias, lo que genera deudas frente a ellos. Las deudas financieras plantean serios problemas a muchos deudores y les causan angustias y desesperación que pueden llevarlos hasta al suicidio. La presión financiera a través de deudas también lleva a numerosos saqueos y destrucciónes de otros seres vivos y hábitats naturales, así como a ataques contra humanos y violaciones de sus propiedades. ¡La redistribución de la riqueza injustamente acumulada y ingresos justos para garantizar la supervivencia de los pobres son condiciones esenciales tanto para la protección sostenible de la paz social como para la preservación de los ecosistemas naturales!
Una de las causas de la distribución extremadamente desigual de las riquezas es la creciente brecha de ingresos. ¡En muchos países, el ingreso mejor pagado por una hora de trabajo, incluidas las asignaciones especiales, ya supera mil veces el ingreso mínimo por hora! Estas injusticias insoportables se extienden más allá del final de la vida laboral. Las pensiones lujosas que se pagan a ex políticos, altos funcionarios públicos y otras personas privilegiadas en muchos países, valen más de cien veces las pensiones mínimas, lo que contribuye significativamente a la pobreza entre sus ancianos. Las poblaciones de los países pobres, donde no hay pensiones de vejez o cualquier otra forma de apoyo para sus ciudadanos más pobres, se ven particularmente afectadas. Además, las injusticias de los sistemas de pensiones existentes se exacerban indirectamente. De hecho, solo los beneficiarios de pensiones más altas tienen acceso a una buena atención médica, el conocimiento y las herramientas necesarias para evitar ciertas enfermedades, accidentes, envenenamientos, desnutrición y otros riesgos, así como a las posibilidades de hacer ejercicio físico adecuado y para relajarse. Todo esto, junto con la falta de preocupaciones existenciales y el estrés que resulta, generalmente asegura vidas más largas, saludables y satisfactorias para los jubilados privilegiados. En la mayoría de los países industrializados ricos, ademas sus cónyuges se beneficiarán de generosas pensiones de viudedad. Dado que en las clases sociales privilegiadas, muchas mujeres casadas no trabajan, rara vez se agotan y son a menudo mucho más jóvenes que sus esposos fallecidos, muchas de ellas se benefician posteriormente de una jubilación generosa por viudedad que puede durar décadas. Los enormes costos de tales pensiones a largo plazo son financiados principalmente por el trabajo de muchas generaciones mas o menos pobres y de jóvenes que trabajan en estos países. ¡Todas estas distorsiones asociales debidas a la codicia humana deben detenerse lo antes posible!
¡Convivencia y compasión en lugar de violencia!
¡El estado actual de nuestra sociedad y del medio ambiente es principalmente el resultado de una sucesión eterna de explotaciónes, destrucciónes, robos, asesinatos y otras formas de violencias humanas! Parece que desde tiempos inmemoriales, el comportamiento agresivo de personas hambrientas de poder ha determinado la mayoría de los eventos. Es probable que esta serie ininterrumpida de actos violentos haya sido impulsada en gran medida por la manipulación por parte de líderes y sus cómplices. Además, los historiadores han demostrado con innumerables ejemplos la posterior glorificación de guerras y otras violencias sangrientas de proporciones aterradoras. Como regla, los vencedores de los grandes conflictos escriben y retocan la historia para la posteridad en su beneficio, dictan el futuro de los vencidos y alientan a muchos imitadores a usar la violencia y explotar a los más débiles. Aparte de los métodos, casi nada ha cambiado en la forma de proceder, como lo demuestran las guerras actuales, ya sean militares o puramente económicas.
Sin embargo, el potencial destructivo de las tecnologías modernas de armas ha aumentado exponencialmente y, en teoría, podría destruir toda la vida en la superficie de la Tierra. Además, los objetos de la lujuria han cambiado bastante y la propaganda que precede y acompaña a las guerras se ha adaptado a las circunstancias y los medios de comunicación actuales.
La falta de respeto por los oponentes y el énfasis excesivo en las diferencias con ellos es característico de todos los conflictos. Por el contrario, el respeto, la búsqueda de similitudes con otros congéneres y su reconocimiento, así como la solidaridad con los demás, son los elementos clave de una convivencia pacífica y duradera. Sin este respeto y sin solidaridad, la puerta permanece abierta para la exclusión, la persecución y otras violencias excesivas. La violencia organizada contra los seres humanos ha dado lugar a los momentos más oscuros de la historia humana y continúa proliferando. ¡Según estimaciones recientes, más de doscientos millones de personas han sido asesinadas por genocidios y guerras en el siglo pasado nomás, y estas locuras debido a la falta de respeto por los demás continúan sin obstáculos!
Del mismo modo, la falta de respeto por otras criaturas evita el fin de las violencias gratuitas contra ellas por parte de personas despiadadas en todo el mundo. Solo el respeto y la comprensión de otros seres vivos y el apego natural a ellos pueden garantizar la convivencia de los humanos con ellos, de forma duradera y sin violencias innecesarias. La mayoría de los problemas ambientales en el sentido más amplio también implican violencias arbitrarias contra diversos elementos naturales. El sufrimiento de los animales también a menudo es causado por violencias por parte de seres humanos. Al igual que las violencias entre humanos, lo que las personas infligen en animales y plantas se debe en gran medida a la codicia humana. Mientras más codiciosas son las personas, más rapido aumentan los riesgos de que se vuelvan violentas contra otros seres vivos.
Debido a su rechazo total de la opresión y su deseo de justicia y armonía, LIFE UNION aspira a una sociedad lo menos violenta posible. ¡Se debe detener cualquier forma de violencia humana que no sirva para proteger la vida en peligro o la propiedad limitada y adquirida honestamente! Debido a que la violencia siempre se ha aprendido de algien, a menudo genera nueva violencia, se propaga rápidamente y puede durar generaciones sin interrupción. LIFE UNION tiene la intención de hacer todo lo que esté a su alcance para romper este círculo vicioso y prevenir en la mayor medida posible la violencia humana innecesaria por medios no violentos.
Legislación mundial para la protección del medio ambiente!
La devastación del medio ambiente, que se desata en muchos lugares, deja muy poco tiempo para actuar a la humanidad, que se centra casi por completo en sí misma. La moderna sociedad industrial y de consumo vive mucho más allá de sus posibilidades y consume una gran parte de los recursos energíticos limitados y las materias primas del planeta. Solo una minoría privilegiada de la población mundial, que se concentra en los países ricos, se beneficia principalmente de estos recursos. Naturalmente, la mayoría de las personas en los países emergentes y en desarrollo también aspiran a lograr el alto nivel de vida de las personas ricas en los países del norte. Sin embargo, los recursos limitados y las áreas de producción agrícola, así como la creciente población mundial, impiden la extensión sostenible del nivel de vida actual de los países industrializados ricos a los países más pobres. Por un lado, la mayoría de los ciudadanos de los países ricos no quieren renunciar a su nivel de vida habitual y compartir los recursos disponibles de manera equitativa con los habitantes de las naciones pobres. Por otro lado, las personas en regiones con economías emergentes no abandonarán sus aspiraciones a un nivel de vida similar al de los países industrializados ricos. Por estas razones, el saqueo acelerado de los recursos naturales, la contaminación agravada de muchas aguas, suelos y la atmósfera, así como las destrucciónes en los últimos grandes bosques del hemisferio sur parecen inevitables. Frente a estas perspectivas alarmantes, proteger el medio ambiente está lejos de ser un lujo, pero una necesidad global. Sin un cambio rápido de la dirección actual, aumentaran los riesgos de incidentes ecológicos importantes, de un caos a gran escala y de la aparición de nuevas dictaduras.
Los sistemas religiosos y políticos que han dominado a las civilizaciones durante más de dos mil años no han podido ofrecer reglas globalmente válidas y aceptables para una convivencia sostenible. Esto se debe al hecho de que estos dos sistemas de valores siempre han defendido los intereses de ciertos grupos sociales y étnicos dentro de las poblaciones. Por un lado, brindan consuelo a muchas personas que sufren, aplazando sus esperanzas de redención hasta después de la muerte o las de justicia para el futuro. Por otro lado, estos sistemas dominantes de gestión social hasta entonces, continúan practicando la exclusión, las persecuciones de las personas que los perturban y fomentan discordias hasta guerras. Las religiones y la política también toleran innumerables destrucciones y atrocidades infligidas a representantes de otras especies. Estos dos sistemas de valores cambiantes están sujetos a las interpretaciones arbitrarias de sus líderes. A menudo son intolerantes y en sus propias instituciones desgarrados por hostilidades interiores a veces fatales. A diferencia de estas, la protección del medio ambiente se basa en una ciencia natural dicho exacta, a saber, la ecología. Esta ciencia tiene como objetivo explorar las relaciones entre las diversas formas de vida entre ellas y con sus hábitats, al tiempo que reconoce los límites de su comprensión de las innumerables dependencias que rigen la biosfera. ¡Por estas razones y porque los problemas ambientales trascienden las fronteras nacionales y están inevitablemente vinculados a problemas sociales, la protección ambiental en el sentido más amplio merece máxima prioridad! Esto también se justifica por nuestra responsabilidad para las siguientes generaciones, lo que nos impide saquear deliberadamente sus recursos vitales futuros. El objetivo de proteger mejor el medio ambiente de las actividades humanas nocivas solo se puede lograr mediante una legislación ambiental adecuada aplicada a nivel mundial sin compromisos representando intereses de los poderosos.
¡La democracia queda por realizar!
Debido a los intereses intrínsecos de las oligarquías gobernantes, la verdadera democracia probablemente seguirá siendo solo un lindo sueño para los tiempos por venir. En realidad, la democracia nunca existió, ni siquiera durante sus primeros intentos en la antigua Grecia, donde varios grupos de la población fueron excluidos de participar. En el mejor de los casos, vivimos en democracias ficticias de inspiración social, con ciertas libertades y participación limitada. El carácter supuestamente representativo de las llamadas democracias deja mucho que desear. Sus prácticas dudosas socavan los valores y objetivos declarados y sirven menos a sus poblaciones que a la preservación de los poderes existentes y a la acumulación de las fortunas de estos. Entre las debilidades de las democracias ficticias, además de descuidar los intereses de sus ciudadanos que no se ven representados por ningún partido y, por lo tanto, no votan, se incluyen la censura antidemocrática frecuente, las restricciones al voto, las campañas electorales sesgadas y las promociones parciales, falsas promesas, distribuciónes de mandatos antidemocráticos, negociaciónes dubiosas de puestos clave, votos unitarios impuestos a miembros de partidos políticos, privatizaciónes de servicios públicos básicos a precios de descuento para familiares y aliados, así como otras representaciones de intereses importantes cuestionables por políticos que regularmente engañan a sus votantes. En la práctica, las llamadas « democracias » demuestran ser una forma de gobierno, en el cual los votantes manipulados por los medios de comunicación eligen a los políticos, quienes decidirán por ellos en los años siguientes sin consultarlos, abandonando regularmente los intereses de las poblaciones.
Más allá de sus fronteras, estas “democracias” son responsables de poner en peligro y empobrecer a innumerables personas y naciones enteras, de exponer países pobres a la explotación sistemática de diversos recursos y a las degradaciónes ambientales, que las acompañan. Además, apoyan activamente a dictadores que reprimen por la fuerza a ciudadanos críticos, y hasta organizan actos de tortura perpetrados en secreto por sus órdenes contra extranjeros en las cárceles de estados amigos así como cubren tal actos de aliados. Incluso se tiene la impresión de que cierto número de democracias ficticias renuncian hasta los últimos vestigios de decencia y moralidad fuera de sus territorios y lejos de las miradas de sus poblaciones, lo que revela sus verdaderas intenciones. Por lo tanto, estas falsas democracias no dudan en presentarse sin vergüenza al resto del mundo como modelos politicos a seguir.
Además, las “democracias” modernas a menudo están involucradas en conflictos internacionales por recursos codiciados. Si sus propias tropas no participan activamente, envían sus asesores, armas y otras tecnologías, así como capital, drogas y otros medios para alimentar estas guerras. ¡Por lo tanto, las llamadas democracias son responsables de las guerras y violaciones más grandes del derecho internacional de nuestro tiempo y de muchos crímenes cometidos contra el medio ambiente! Como si eso no fuera suficiente, fabrican y exportan la mayoría de las armas en todo el mundo. Incluso proporcionan a dictadores sedientos de sangre muchas armas y materiales de guerra, principalmente para la persecución de opositores políticos y la opresión de sus súbditos y de personas en los países vecinos.
Con su apoyo, LIFE UNION trata exponer las características sombrías de la política y dar una oportunidad a una verdadera democracia digna de ese nombre, que deja todas las decisiones importantes a su pueblo como soberano único, y no a oligarquías internacionales. De lo contrario, la expansión de la dictadura del capital que ya gobierna la mayoría de los países a expensas de los más débiles y de los entornos naturales, multiplicará los sufrimientos y las muertes innecesarias.
Consideración en lugar de explotación abusiva
Durante mucho tiempo, las religiones animistas aseguraron la supervivencia de los humanos agrupados en pequeñas tribus totalmente integradas en sus ecosistemas naturales. Esto fue posible gracias a las relaciones equilibradas y duraderas de estas sociedades antiguas con varias especies, de las cuales dependían. La expansión de la humanidad que trajo la multiplicación de conflictos entre las tribus vecinas y especialmente el crecimiento demográfico posible gracias a la aparición de la agricultura cambió el trato. La nueva perspectiva de un mayor poder en las sociedades más grandes, llevó a los líderes particularmente ambiciosos a crear el monoteísmo, lo que les garantizó el poder absoluto. Así pudieron derrocar a las religiones animistas, que han inspirado intuitivamente a las sociedades tribales durante miles de años. La erradicación sistemática de las religiones animistas fue posible porque los nuevos líderes religiosos prometieron a sus seguidores inmensos privilegios derivados del nuevo estatus de los hombres en lo alto de la jerarquía de todos los seres vivos y otros elementos del mundo. Esta entronización de la humanidad como la corona de la creación divina, con sus derechos ilimitados sobre todos los demás seres vivos, considerados en adelante como sujetos sin derechos, así como sobre todo el medio ambiente, sobrevivió hasta día como la visión casi general en el mundo. Esta visión antropocéntrica ha seducido sobre todo a los hombres que parecen verse a sí mismos como la joya más importante de la creación divina y, por esta razón, se permiten oprimir las mujeres y las criaturas de otras especies asi como destruir el medio ambiente. Esta megalomanía proviene del deseo más bien masculino de dominación, que coloca a nuestra especie por encima de toda la vida y en el centro del Universo. Forma la base para las explotaciónes y destrucciónes ilimitadas de otras criaturas, como para las degradaciónes del medio ambiente. ¡Así, la megalomanía de los hombres se ha convertido en el mayor peligro para la supervivencia de la humanidad en este planeta! Las religiones monoteístas sentaron las bases de esta megalomanía humana. Luego fue desarrollada más por las ciencias, que propagaron la confianza absoluta de los humanos en el poder casi total de sus capacidades mentales. Así, el dilema paradójico a primera vista, según el cual la inteligencia del Homo sapiens, amenaza mientras tanto su propio futuro debido a su ilusión megalómana fomentada por su desapego racional de la naturaleza. La inteligencia humana ha permitido la instrumentalización de todas las cosas, lo que ha producido tecnologías destructivas, economías de abuso, represiónes políticas y otras amenazas. Obviamente, la inteligencia humana por sí sola no es suficiente para controlar los cambios que ella misma impone a la biosfera, ni para resolver los grandes problemas de nuestra sociedad ni para preservar los medios de vida indispensables para la humanidad y la biosfera terrestre.
La búsqueda de formas sostenibles de sociedad a lo largo de la historia humana identifica solo culturas aparentemente animistas que han logrado mantenerse durante varios miles de años. Aquellas de ellas, que existieron al menos hasta el siglo XIX, antes de ser más o menos aniquilados por la codicia de colonos blancos y las enfermedades importadas por estos, pudieron transmitir en parte sus herencias culturales y sus estrategias de supervivencia a sus miembros que sobreviviron los genocidios y a otras personas interesadas. Todas estas sociedades tribales pudieron sobrevivir durante tanto tiempo, porque consideraban al ser humano solo como un elemento entre muchos de una entidad natural. No es por casualidad que muchos de sus miembros decían que pertenecían a la tribu de los “humanos”, cualquiera que sea su idioma. Cultivaron el respeto por su entorno y los recursos que necesitaban. Este enfoque sensible fue respaldado por su actitud cautelosa impuesta por las religiones animistas basadas en la intuición. Las miradas al pasado sobre culturas que han sobrevivido durante miles de años en equilibrio dinámico y relativa armonia con otros seres vivos revelan la dirección aproximada de una estrategia prometedora para un futuro sostenible.
Ya es hora de abandonar la pretensión humana de dominar el mundo, así como la concepción meramente racional de los otros seres vivos y reemplazarlas por el reconocimiento de los valores y derechos intrínsecos de estos últimos, por un enfoque enriquecido espiritualmente y por la intuición. ¡De hecho, parece que la inteligencia humana necesita ser guiada juiciosamente y controlada por una ética desinteresada y holística para contener su potencial destructor y contrarrestar su vulnerabilidad a las tentaciones de abuso de todo tipo!
Un cambio radical en los valores
La mayoria de los esfuerzos e inversiones humanos en nuestra sociedad actual está dirigida por la competencia y tiene por objetivo ventajas personales, a menudo económicas. Donde reinan el egoísmo y la codicia y donde la carrera profesional y la riqueza se convierten en fines primordiales de la vida, queda poco espacio para la solidaridad con los más débiles y la compasión por las criaturas en peligro. Por esta razón, cada vez más personas padecen hambre, sed, pobreza, opresión, así como enfermedades y envenenamientos fácilmente prevenibles. La propagación casi mundial de la búsqueda de ganancias y otros beneficios personales también es responsable de muchisimos sufrimientos de los animales y del peligro que corren innumerables especies y hábitats naturales. La avidez es también la causa principal de las degradaciónes ambientales causadas por los humanos. Por lo tanto, la carrera eterna de multitudes de individuos para aumentar sus patrimonios y poderes desencadena la gran mayoría de los males en este planeta. Se necesitan contramedidas urgentes y efectivas para controlar esta codicia ilimitada. Un cambio radical en los valores, abandonando el enriquecimiento personal y el egoísmo en favor del bienestar global a través de más armonía, empatía y altruismo, aparece hoy como esencial para la supervivencia sostenible de la vida humana en la Tierra! El concepto de bienestar global propuesto por LIFE UNION también rompe las barreras culturales erigidas entre la humanidad y las otras especies para incluir a estas últimas en la convivencia que representa una comunidad solidaria con la biosfera.
En sus relaciones con los demás y con diversas criaturas, las personas se centran en las diferencias con ellos. Esto crea oposiciones, líneas divisorias, miedos irracionales y fuentes de conflictos. ¡El paso de nuestra sociedad en competencia permanente y dividida en todos los niveles hacia una coexistencia global de todas las formas de vida, donde buscamos comprenderlos mejor, admirar la diversidad natural y considerar las necesidades de las generaciones futuras seria un gigantesco salto cultural en la evolución de la humanidad! Sin embargo, tal cambio presupone la renovación ética de nuestra sociedad, que debe incluir a todas las instituciones involucradas y que necesita un apoyo legal adecuado. Sin una nueva ética holística, que tenga en cuenta las complejas interdependencias de la biosfera en la educación, investigación científica, economía, política y jurisprudencia, es impensable una convivencia respetuosa y sostenible de los humanos en un entorno natural diverso. La actualización de estos pilares de la sociedad humana en relación con el estado actual del conocimiento, los desafíos y los peligros actuales, a su vez requiere una renovación ética holística de las religiones y ciencias más importantes.