Pronto será demasiado tarde!
Debido a sus importantes capacidades mentales, los humanos ya pudieron conquistar gran parte de la superficie de la Tierra e imponer su voluntad a congéneres y otras criaturas. El requisito decisivo para esta conquista sin fin era la capacidad humana de manipular cosas y pensamientos. Esto ha permitido el desarrollo de armas, herramientas y estructuras sociales en una complejidad que supera todo lo que conocemos hasta ahora en la naturaleza. Esta habilidad fue esencial para el surgimiento de todas las tecnologías, culturas, religiones, políticas, ciencias y artes, así como de la economía. Está empujando a la sociedad humana hacia un futuro cada vez menos predecible debido a la vertiginosa multiplicación de posibilidades y la creciente velocidad de los desarrollos. El talento humano para la instrumentalización es tanto un regalo como una maldición para la humanidad. Debido a su rol fundamental en la evolución humana, también es responsable de todos sus aspectos negativos, incluidas las megatendencias sociales más inquietantes. Mientras tanto, algunas de estas tendencias importantes han alcanzado niveles que exceden los límites de compatibilidad social y ambiental y ponen en peligro a una gran parte de la vida de nuestro planeta, incluidos los humanos. Las tendencias más críticas son el crecimiento continuo de la población mundial, sus hábitos de consumo y de la movilidad, su sobreexplotación de recursos naturales limitados, su potencial de destrucción por la tecnológica, la globalización y la distribución desigual de las riquezas asi como la explosión de deudas que resulta de la ultima. La maldición de la capacidad humana de instrumentalización podría resultar fatal para la humanidad tan pronto como se escape de todo control y explote sin límites a la gran mayoría de la población mundial. Los primeros signos de la instrumentalización de las masas ya son visibles en la reducción continua de los humanos a manos de obra obedientes, consumidores muy influenciables, financieros involuntarios y votantes útiles y engañados regularmente por promesas electorales que en general no tienen validez. Con la expansión previsible de la inteligencia artificial y de la ingeniería genética hasta atacar sin mucho control los genomas humanos, su instrumentalización ciertamente explotará. La continua instrumentalización de los humanos por parte de individuos mal intencionados podría tener muy pronto un impacto catastrófico en las víctimas, como fue el caso de muchas otras criaturas instrumentalizadas.
Las posibilidades de que la humanidad sobreviva ilesa a través de su trayecto infernal conducido por la codicia del poder, de las ganancias, de la lujuria, de los privilegios y los bienes de consumo. Porque hasta el día de hoy, mucha gente aplica la ley del fuerte tan despiadadamente como nuestros antepasados más primitivos, pero con una gama mucho más amplia de medios diferentes, a veces muy sutiles, y con impactos terriblemente peores. Durante mucho tiempo, las consecuencias de la mayoría de los ataques contra otras comunidades y criaturas se han mantenido dentro de límites relativamente estrechos. Los desarrollos demográficos y las técnologias más recientes han explotado el número de víctimas y los daños de los conflictos y de las destrucciónes causados por individuos poderosos. Pasaron más de doscientos mil años antes de que congéneres sin escrúpulos se volvieran capaces de erradicar incluso grandes grupos étnicos, destruir sus propios ecosistemas y gran parte de las otras criaturas de allí con la ayuda de tecnologías letales.
En solo unas pocas generaciones, los humanos parecen haber reducido a la mitad la biodiversidad global, que necesitó cerca de cuatro mil millones de años para desarrollarse! La mayoría de las extinciones de especies han tenido lugar en las últimas décadas y la aceleración exponencial de esta masacre jamas vista continúa sin impedimentos. Al mismo tiempo, la falta de escrúpulos de los gobernantes y los comportamientos irresponsables de la especie supuestamente más inteligente del planeta amenaza con destruir sistemáticamente gran parte de su hábitat con innumerables otras criaturas y especies.
En este contexto, el psicólogo estadounidense Doug McKenzie-Mohr ya había escrito en el año 2000 del “holocausto ecológico” (1). De hecho, nunca antes la supervivencia de tantas especies de animales y plantas había sido tan amenazada por los humanos como lo es ahora. Además, nunca tantos animales han sido torturados innecesariamente por los humanos, como en la sociedad “civilizada” de hoy. En ningún momento los humanos en constante expansión han dañado su entorno tanto como lo hacen hoy dia. Todo esto sucede a pesar del hecho de que miles de millones de horas de trabajo y fondos considerables se han gastado durante las últimas décadas en la protección de animales, de especies en peligro de extinción, de ecosistemas naturales amenazados y del medio ambiente. Igualmente preocupantes son los informes sobre la protección de los niños necesitados, los pobres, los enfermos y los ancianos, los perseguidos y las poblaciónes indígenas amenazadas. Los éxitos raros y generalmente limitados en la protección de varias criaturas en peligro exigen un cambio radical de sus estrategias. Desafortunadamente, muchos recursos invertidos en la protección de personas o representantes de otras especies en dificultades y del medio ambiente no han sido lo suficientemente efectivos. Claramente, se necesitan nuevos y mejores enfoques, procedimientos y estructuras para resolver los mayores problemas de la humanidad y curar a la sociedad de las enfermedades mortales de la civilización moderna. Porque las instituciones y estructuras responsables actualmente, no están dispuestas o capazes de detener, y menos todavia de invertir a tiempo las varias tendencias fatales.
Los problemas ambientales crean problemas sociales!
La tala incontrolada a gran escala de bosques y otros saqueos de la naturaleza han estado en auge en muchos países durante algún tiempo. Las contaminaciones del agua, del aire y del suelo, asi como otros problemas ambientales, aumentan constantemente en todo el mundo. Esto ha provocado un cambio climático regional con temperaturas extremas, huracanes, sequías e inundaciones. Todos estos fenómenos pueden provocar pobreza, hambre, falta de agua potable así como enfermedades y envenenamientos en los seres vivos afectados. En casos extremos, producen conflictos armados, provocados por la escasez de recursos vitales. Sin embargo, muchas personas aún no quieren darse cuenta de que ellas también dependen fatalmente de otros seres vivos y de sistemas muy complejos en una biosfera común. A otros individuos no les importa mucho, tanto que no no sufran ellos mismos de las consecuencias negativas. Como resultado, las explotaciones dañinas y las destrucciones ambientales severas continúan sin obstáculos en las regiones pobres del mundo, mientras que las intervenciones tan devastadoras son cada vez más raras en los países industrializados del Norte, donde la conciencia ambiental aumenta, pero sin embargo se limita a sus intereses propios. La realidad revela el comportamiento egoísta de la mayoría de los ciudadanos de los países ricos industrializados a expensas de los países pobres, de la mayoría de sus poblaciones y sus otros seres vivos, a quienes se les niega el derecho a una existencia digna.
La globalización de los mercados, que pasta en todo el mundo en busca de las materias primas más baratas, los sitios de producción más económicos y los mercados de ventas más rentables, ha empeorado la situación de miles de millones de seres vivos de una multitud de especies incluyendo millones de humanos. Así, la huella ecológica desproporcionada del veinte por ciento de la población mundial en los países ricos del norte, que consumen alrededor del ochenta por ciento de todos los recursos del planeta a expensas de las personas y del medio ambiente en los países pobres, desangra a estos con la ayuda de sus líderes corruptos. Mientras los países ricos continúen explotando a los países pobres y la mayoria de los ciudadanos del Norte no estan dispuestos a reducir sus comodidades habituales, una distribución equitativa de las riquezas entre y dentro de todos los países, así como usos respetuosos de los recursos naturales y de los territorios nacionales en beneficio de las poblaciones locales seguirán siendo ilusorios. Sin un cambio de dirección rápido y radical, el camino tomado podría conducir pronto a dictaduras ecológicas! El saqueo y el desperdicio de materias primas provoca escasez y favorece prohibiciones, expropiaciones y vigilancias excesivas, así como gobiernos autoritarios. Por lo tanto, emergencias ambientales graves podrían provocar fácilmente un golpe de estado e iniciar la primera dictadura ecológica de la historia. Solo la implementación mundial de medidas socialmente aceptables para proteger el medio ambiente y los ecosistemas naturales amenazados, en lugar de la protección exclusiva del medio ambiente de los países ricos respaldada por la transferencia simultánea de contaminación ambiental y desechos tóxicos a países pobres, que ponen en peligro a muchas de sus poblaciones y otros seres vivos, pueden prevenir las dictaduras ecológicas con certeza.
¡Los riesgos nucleares están aumentando!
Las grandes naciones industriales incitan artificialmente conflictos en áreas de importancia estratégica para garantizar el acceso a materias primas de gran valor. Como regla general, esto conduce a conflictos armados en los que se sacrifica a muchas personas inocentes y donde se destruyen parcialmente las zonas de guerra, lo que puede afectar varias generaciones de poblaciones locales. Al mismo tiempo, muchas otras criaturas y ecosistemas naturales sucumben a esta caza militarizada de recursos codiciados. En su mayor parte, estos daños colaterales importantes tomados en cuenta por los líderes militares que deciden, pasan inadvertidos o quedan ignorados por el público.
Es en la naturaleza de las cosas que las actividades bélicas emanan de agresores que se creen más poderosos que los oponentes atacados, o de sus aliados locales que asumen el trabajo sucio en nombre de sus estados protectores. Por lo tanto, a pesar de todos sus efectos dramáticos, las guerras actuales a menudo son instigadas por poderosas “democracias”, que satisfacen asi su apetito por ciertos recursos en los países atacados mientras predican hipócritamente los derechos humanos en todo momento. Desafortunadamente, la historia reciente muestra que solo un arsenal nuclear propio garantiza a un país una protección de gran alcance contra agresiones militares por parte de potencias extranjeras. Esta lógica no solo ha impulsado la carrera de armamentos nucleares durante décadas, sino que también explica las aspiraciones de algunos países potencialmente amenazados de expandir ilegalmente su arsenal militar con armas nucleares. El potencial de disuasión indiscutible de las armas nucleares es la razón de su continua difusión en varios países, lo que aumenta el riesgo de accidentes nucleares. Las frecuentes amenazas y provocaciones lanzadas por potencias nucleares dan testimonio de la influencia de sus industrias militares en la política. Todo esto y hasta vínculos a veces descubiertos entre servicios de inteligencia de estados poseedores de armas nucleares y terroristas constituyen un motivo adicional de preocupación por un posible ataque nuclear.
A esto se agrega el riesgo de la producción de energía nuclear para fines civiles en muchos países, que fue posible debido a la gran influencia de un poderoso lobby con gran cantidad de capital. En particular, el problema de eliminar alrededor de 12.000 toneladas de desechos altamente radiactivos que se acumulan cada año, sigue sin resolverse y esta responsabilidad no puede asumirse en principio, dada la duración de varios miles de años para su desactivación elemental. Por ejemplo, la ley alemana requiere un almacenamiento seguro durante millones de años para ciertas sustancias altamente radiactivas. Para que la radiactividad de los residuos de combustible nuclear de plutonio 239 se reduzca a la mitad de su valor inicial, es necesario esperar 24.000 años (2). ¡Este período es más largo que el que nos separa del Paleolítico y que casi alcanza la era de los Neandertales! A pesar de tales riesgos inmanejables y, por lo tanto, inaceptables, así como de los costos extremadamente altos de almacenamiento de desechos radiactivos, los gobiernos de los países con centrales nucleares apoyan sin dudarlo los objetivos comerciales de la industria nuclear, en lugar de proteger los intereses legítimos de seguridad de sus ciudadanos y los de los países vecinos.
Al permitir que plantas de energia nuclear operen en sus tierras y almacenan desechos nucleares allí, los políticos están tomando como rehenes a innumerables generaciones sucesivas de humanos y otras especies. La creciente densidad de las centrales nucleares en casi todo el mundo, que ni siquiera omite ciertas regiones sacudidas repetidamente por terremotos, así como la construcción frecuente de centrales nucleares, que no proporciona su protección adecuada contra posibles ataques terroristas o accidentes aéreos, aumentan la probabilidad de incidentes y desastres nucleares.
Además, persisten riesgos potenciales que resultan de la descontaminación insuficiente de aguas residuales radiactivas, la eliminación ilegal de desechos nucleares y de emisiones de cantidades considerables de radiactividad natural que se llevan artificialmente a la superficie de la Tierra durante la extracción de materias codiciadas como el gas natural, el petróleo y el uranio.
¡Manipulaciónes genéticas pueden causar la pérdida total de control!
Los riesgos asociados a la ingeniería genética son relativamente nuevos y, por lo tanto, difíciles de evaluar. Sin embargo, las emisiones de organismos genéticamente modificados (OGM) para fines agrícolas están permitidas en un número creciente de países. ¡Esto, aunque los OGM podrían invadir estados vecinos, donde se prohíban tales liberaciones! Mientras tanto, mas de treinta países ya han autorizado la manipulación genética en su agricultura. Las plantaciones de plantas genéticamente modificadas ya están causando molestias en muchos lugares y alimentando temores en la población. La ingeniería genética en la agricultura pone en peligro no solo la diversidad de los cultivos agrícolas y la biodiversidad natural, sino también pequeñas estructuras de producción de cultivos tradicionales. Los productores de semillas multinacionales que producen OGM agrícolas buscan grandes ganancias y, por lo tanto, la mayor dependencia posible de los agricultores de sus productos patentados. ¡Ya han arruinado a muchos pequeños agricultores e incluso han empujado a algunos de ellos al suicidio!
Por encargo de compañías de ingeniería genética, especialistas diversos y científicos recorren las regiones más remotas del mundo para obtener plantas medicinales raras y poco conocidas, así como plantas de cultivos alimentarios utilizados desde hace mucho tiempo por poblaciones indígenas, sin ofrecerles a cambio valores comparables. Luego, basándose en estas muestras recolectadas, los ingenieros genéticos en los laboratorios de estas compañías se esfuerzan por desarrollar medicamentos y cultivos genéticamente modificados, que pueden patentarse y comercializarse exclusivamente bajo protección legal internacional a través de licencias lucrativas.
Por lo tanto, los descendientes pobres de poblaciones indígenas en regiones en desarrollo pueden estar obligados a pagar un alto precio por semillas y medicamentos genéticamente modificados, cuales fueron producidos a partir de plantas obtenidas subrepticiamente de sus ancestros. Este escenario parece bastante realista, especialmente porque varios sectores de la agricultura, así como la investigación farmacéutica y médica, están cada vez más involucrados en la ingenieria genética.
Las compañías farmacéuticas, en particular, se comprometen con sus accionistas que solo desean maximizar sus inversiones y son atraídos por las ganancias a veces asombrosas en este sector industrial. Esto genera conflictos de intereses para las compañías farmacéuticas que, en interés de sus inversores, centran sus esfuerzos en mercados particularmente lucrativos. La mayor parte de las ganancias en el sector farmacéutico no se logra al curar a las personas de sus enfermedades, sino al proporcionar continuamente medicamentos caros a las personas con enfermedades crónicas y vacunas en los países ricos. Es por eso que millones de personas enfermas en los países pobres tienen que sufrir o morir, porque no pueden encontrar los remedios que necesitan con urgencia, o simplemente por no poder pagarlos.
Con grandes ganancias y buenas perspectivas de ingresos, muchas compañías farmacéuticas se han sometido voluntariamente a una fuerte presión financiera. Esta resulta al mismo tiempo de su deseo de satisfacer a los inversores, de la competencia interna en la industria que es decisiva para las calificaciones de las empresas en el mercado de valores, de los generosos salarios de sus empleados y del costoso lobby que les asegura, entre otras cosas, a través de eventos lujosos, los favores importantes de médicos, políticos y funcionarios gubernamentales e internacionales. Esta presión financiera sobre las compañías farmacéuticas para cumplir con las expectativas diversas, alimenta el temor de que la falta de atención, aplicación y precauciones que ya se vió en la industria farmacéutica tradicional, también conduzca a graves consecuencias en el sector de manipulaciónes genéticas.
Las mayores esperanzas en el campo de la ingeniería genética se refieren a la prevención de enfermedades humanas, donde los genes juegan un rol preponderante. De manera análoga a la ecología, que en el mejor de los casos solo conoce algunas de las varias funciones de especies particulares dentro de sus ecosistemas naturales, la ingeniería genética ignora los diferentes roles de los genes individuales, así como las interacciones entre estos en un cuerpo humano particular, que en ecología correspondería a un ecosistema único en su tipo. En consecuencia, la manipulación genética del genoma humano es tan arriesgada como la intervención en ecosistemas naturales extremadamente complejos, y sus consecuencias son igualmente difíciles de predecir.
En un futuro cercano, la ingeniería genética de largo alcance también será técnicamente posible en humanos. Aunque los obstáculos legales impiden hasta ahora la manipulación genética grave de seres humanos, es más que probable que los beneficios potenciales para la gestión social o los poderosos intereses económicos los desbloqueen gradualmente. En el futuro, la ingeniería genética puede verse tentada a copiar ejemplos de especializaciones eficientes en la naturaleza, utilizando la manipulación genética en seres humanos. No se puede excluir que en el futuro la ingeniería genética produzca niños ajustados a las preferencias de sus «padres» y de la sociedad, hasta trabajadores y esclavos humanoides con una conciencia deliberadamente limitada y necesidades mínimas para tareas específicas. Tales humanoides hechos a medida con tijeras genéticas podrían realizar los trabajos más peligrosos e inaceptables de manera más confiable, más rápida y más barata que profesionales experimentados o los robots mas efectivos. Además, la pérdida de tales humanoides sin lazos familiares sería mucho más soportable, que la de víctimas humanas. El interés en tales humanoides podría crecer rápidamente en los ejércitos, las fuerzas del orden, los bomberos y otras instituciones que enfrentan altos riesgos. Poco después, las empresas que realizan actividades peligrosas en el sector privado, como companias mineras, plataformas petrolíferas y centrales nucleares, probablemente también estarían muy interesadas en tales humanoides especializados. Considerando el potencial militar y económico de tales manipulaciónes genéticas en seres humanos, incluso las prohibiciones éticamente justificadas no podrán detener su manipulación genética a largo plazo. ¡En el momento en que tales criaturas humanoides caigan en manos equivocadas, surgirán grandes problemas!
¿El éxodo de la Tierra como perspectiva de futuro?
Ya se han lanzado fuertes bombas de relojeria militares, ecológicas y sociales. Amenazan con destruir los medios de subsistencia de muchas poblaciones si las megatendencias más peligrosas no se revierten rápidamente. Presumiblemente, la situación ya muy crítica se verá exacerbada en el futuro por las manipulaciones drásticas de los genomas humanos, así como por la proliferación incontrolable de inteligencia artificial alimentada por Big Data. Tanto el desarrollo de la ingeniería genética como el de la inteligencia artificial están casi en su totalidad en manos de personas muy poderosas que persiguen objetivos económicos dudosos y egoístas, mientras sirven intereses políticos similares.
Si las cosas salen como de costumbre y la Tierra se vuelve cada vez más inhabitable para los humanos, el desplazamiento de individuos elegidos con especímenes seleccionados de especies esenciales para su supervivencia en otros planetas, podría aparecer como último recurso para futuros tomadores de decisiones. La posibilidad de un tal éxodo planetario de elegidos en el futuro parece justificada, dados los considerables esfuerzos realizados para explorar nuestro vecindario en el Universo en busca de exoplanetas con condiciones favorables para el ser humano. Desde varios años, esta rama emergente de la astronomía ha examinado sistemáticamente las estrellas vecinas en busca de planetas similares a la Tierra, que podrían servir en el futuro como objetivos potenciales para la colonización humana. La razón más determinante para un éxodo limitado de humanos de la Tierra sería un caos global. Y parece que algunas personas bien ubicadas e influyentes ya estarian preparandose a una tal perspectiva. Las noticias repetidas sobre supuestos descubrimientos de planetas parcialmente similares a la Tierra parecen estar diseñadas para tranquilizar a ciertas personas y alinearlas mentalmente con escenarios de éxodo planetario sin tener que cuestionar las destrucciónes continuas en la Tierra. Sin embargo, no se tienen en cuenta hechos muy relevantes en este escenario. De hecho, parece completamente improbable que, incluso si se encuentra un planeta propicio para la supervivencia autónoma del hombre, los grandes desafíos tecnológicos de un primer intento de colonización a modo de prueba por humanos puedan superarse en el futuro cercano, y menos todavia su supervivencia duradera en él. Las dificultades técnicas y logísticas para establecer miles de millones de personas en un exoplaneta son completamente prohibitivas. Incluso si un día se encuentra un planeta adecuado y se desarrolla la tecnología necesaria para su conquista por los humanos, es casi seguro que solo una pequeña minoría de personas sea seleccionada de acuerdo con criterios genéticos, intelectuales pero también políticos, sociales y económicos y admitida a un tal éxodo de nuestro planeta con su biosfera natural ya en gran parte devastada. Desde la perspectiva actual, es más probable que la agonía de una gran parte de la biosfera terrestre ocurra antes del descubrimiento de un exoplaneta suficientemente cercano, donde el hombre y los organismos terrestres esenciales podrían sobrevivir de manera permanente bajo ciertas condiciones.
La ciencia podría eventualmente desarrollar naves espaciales con una microbiosfera artificial que proporcione transporte y supervivencia autónoma a largo plazo para pequeños grupos de personas en el espacio. Así como los Argonautas en busca del Vellocino de Oro cruzaron los océanos con su velero según la leyenda, tales migrantes terrestres seleccionados podrían explorar en el futuro el espacio galáctico circundante en busca de planetas adecuados para reemplazar la Tierra donde las condiciones se volvieron mientras tanto más y más hostiles para los humanos. No hay duda de que algas y otras plantas esenciales para asegurar el metabolismo humano serian parte integral en una tal biosfera artificial, pero también polizones en forma de microorganismos y pequeñas criaturas de origen terrestre seguramente se encontrarían a bordo de estas naves espaciales. Durante las exploraciones de exoplanetas potencialmente adaptados a la colonización humana, organismos inferiores terrestres dispersados inconscientemente o implantados deliberadamente podrían encontrar medios ambientes que les convienen y evolucionar alli hacia nuevas formas de vida mejor adaptadas a las condiciones de estos planetas. Lo mismo también es concebible en algunos casos de colisiones relativamente suaves de tales naves espaciales con cuerpos celestes con condiciones de superficie al menos parcialmente similares a las de la Tierra. A la inversa, la introducción deliberada o involuntaria de formas de vida extraterrestres recojidas durante la exploración de exoplanetas por parte de humanos en sus naves espaciales, seguida de una diseminación de estos organismos en otros planetas visitados posteriormente, incluida la Tierra, también sería posible.
¡Autodeterminación en vez de capitulación!
La conquista igualmente espectacular y mortifera de la Tierra por la especie Homo sapiens a expensas de gran parte de su biosfera solo puede tener sentido, si la evolución aspira a la difusión de vida terrestre en el Universo, asegurando así su propia continuidad. La rápida expansión de la humanidad se hizo sobre la base de la destrucción flagrante de elementos esenciales de la biosfera, poniendo en riesgo su propio habitat y también su supervivencia. Su expansión presenta muchas similitudes con la de tumores malignos, como ya lo han señalado algunos autores conocidos. Así como los tumores agresivos se destruyen a sí mismos con los organismos que atácan, la humanidad entera podría perecer por causa de sus destrucciones y alteraciones irreversibles en la biosfera. ¿Pero, cómo podría la continuidad de la vida en el Universo beneficiar de la destrucción de la biodiversidad terrestre efectuada por los humanos? Para resolver esta aparente paradoja, se debe recordar el siguiente conocimiento cosmológico:
Todos los astros y las galaxias se desarrollan en ciclos con diferentes fases, comparables a las de la vida de los seres vivos. A más tardar, con la entrada del sol en la fase tardía y extremadamente incandescente conocida como la del “gigante rojo”, la fin de la existencia de la Tierra y de todo nuestro sistema solar por combustión rápida se sellará. La fin de cada galaxia despues de haber reccorido un ciclo tipico, también está predeterminada. Por esta razón, la continuidad de la vida en el Universo requiere una estrategia de su mayor distribución y diversidad cósmica posible. Esto implica transferencias de seres vivos entre cuerpos celestes con condiciones ambientales similares, y también entre galaxias a largo plazo.
En circunstancias naturales, una translocación intragaláctica de seres vivos por colisiones extremadamente raras entre cuerpos celestes adecuados para estas formas de vida, es altamente improbable debido a las cantidades gigantescas de energía letal liberadas espontáneamente en tales colisiones. Por un lado, la transferencia eficaz de seres vivos de un cuerpo celeste hacia un otro adecuado para que puedan sobrevivir alli y dar lugar a nuevas formas de vida en el Universo, parece necesitar una tecnología espacial más avanzada que la de los humanos en el estado actual. Por otro lado, las transferencias considerables de organismos terrestres a exoplanetas apropiados implican destrucciónes dramaticas en nuestra biosfera que desencadenarian un éxodo parcial de humanos de nuestro planeta. Aparte de una repartición de organismos terrestres en nuestra galaxia por viajeros humanos, que ayudaria a asegurar la continuación y la diversidad de la vida en el Universo, no es posible imaginar cualquier beneficio para estos objetivos, que pueda compensar las enormes pérdidas causadas por la dominación terrible del hombre en la Tierra, que destruye gran parte de su biodiversidad y biomasa.
La estrategia de invadir un ecosistema y destruirlo por agotamiento de sus recursos naturales codiciados, antes de abandonarlo a su agonia para buscar y atacarse a nuevas victimas, no solo es el modo de actuar cual eligieron varios organismos parasitoideos y agentes altamente patógenos que incluyen bacilos y virus letales, pero también una manera de proceder que anima muchos individuos de la especie Homo sapiens. La gran diferencia entre estos hombres y los otros destructores mencionados, es el hecho, que los humanos no encontraran ni a una sola nueva victima para atacarla y desangrarla, despues de haber destruida de tal manera la biosfera terrestre que les sirvio de ecosistema temporario, porque la Tierra es unica, por lo menos en las zonas accesibles del espacio.
Ya por esta razon no deberiamos resignarnos a fuerzas ajenas y al triste destino que la evolución pareceria reservar a la Tierra, ni dar paso a un futuro sumamente desastroso para sus habitantes diversos. Tampoco tendriamos que esperar pasivamente que la salvación divina nos saque de nuestros problemas “caseros”. De hecho, es incomprensible que un Dios todopoderoso y bien intencionado con respecto a todos los seres vivos, y especialmente a los humanos, pueda tolerar durante tanto tiempo su explotación abusiva y la destrucción sistematica de la mayor parte de su creación por individuos despiadados. En cambio, sería mucho más beneficioso hacer todo lo posible para garantizar una autodeterminación responsable y abordar juntos los grandes problemas del mundo. Todavía queda un poco de tiempo para explotar las cualidades humanas más importantes, como su inteligencia, su clarividencia, su sabiduría y su compasión, para detener el curso tan destructivo como suicidario de la humanidad y finalmente lograr una sociedad sostenible en armonía con la biosfera terrestre, nuestro hábitat ancestral.